La agricultura en este pueblo todavía se realiza con arado de madera.
En el distrito de Hizan en Bitlis, algunos ciudadanos aún aran sus campos en las empinadas laderas donde los tractores no pueden entrar, utilizando un arado de mano. A pesar del desarrollo de la tecnología y la disminución de la necesidad de mano de obra, el arado de mano sigue siendo utilizado por los agricultores en las zonas rurales de terrenos accidentados.

En el distrito de Hizan en Bitlis, algunos ciudadanos todavía arando sus campos en las empinadas laderas donde no pueden entrar los tractores, lo hacen con arados de madera. A pesar del avance de la tecnología y la disminución de la necesidad de fuerza humana, el arado de madera sigue siendo una herramienta agrícola indispensable para los agricultores en áreas rurales con terrenos accidentados. Para trabajar las empinadas tierras agrícolas del pueblo de Erencik, los ciudadanos aún dependen de los arados tirados por bueyes. Los agricultores que desean producir en terrenos inclinados utilizan bueyes para trabajar la tierra en áreas donde los vehículos motorizados no pueden operar. La agricultura en las tierras empinadas y accidentadas de Erencik es muy difícil. La historia de cómo se trabajan estas tierras, que se preparan para la producción con mucho esfuerzo y esfuerzo, sorprende a todos. En la última semana de otoño, se preparan los bueyes para arar decenas de hectáreas que comenzarán a ser aradas con arados. Primero, a medida que se acerca la temporada de siembra, los animales son alimentados con cebada para fortalecerlos. Quedan muy pocas personas en los pueblos que pueden dedicarse a la agricultura, mientras que los ciudadanos que desean obtener rendimiento de las tierras empinadas prácticamente hacen cola para poder trabajar sus huertos. En las áreas montañosas donde no se pueden utilizar herramientas agrícolas motorizadas, los bueyes siguen siendo considerados entre los bienes más valiosos del agricultor, como lo eran hace siglos.
“Así lo hemos visto de generación en generación”
Ismet Zorlu, quien expresa que debido a que las tierras de su pueblo son tanto pequeñas como accidentadas, realizan la agricultura con arados de madera heredados de sus antepasados, dijo: “Nuestra tierra es tanto estrecha como accidentada, por eso trabajamos con bueyes. Esto se ha transmitido de generación en generación, y nosotros continuamos así. Nuestro pueblo es montañoso, un tractor no puede trabajar aquí. Nos hemos acostumbrado a los bueyes, y así seguimos.”