El tablero de fieltro tridimensional que quedó de la tienda destruida por el terremoto conectó con la vida.

La instructora de artesanía Çiğdem Fakı, que vive en Hatay, afectada por el terremoto, enseña a las mujeres damnificadas a crear cuadros tridimensionales de fieltro a través de su curso de ‘Accesorios decorativos para el hogar’. La obra que Fakı logró salvar de la catástrofe se ha convertido en un ejemplo para las alumnas del curso.
En los terremotos centrados en Kahramanmaraş, aproximadamente 25 mil personas fallecieron en Hatay, donde la destrucción fue más severa, y miles de edificios fueron arrasados. Çiğdem Fakı, de 42 años, fue afectada en su hogar y su taller de artesanía en el vecindario İsmet İnönü de İskenderun. Fakı comenzó a impartir un curso en el vecindario İsmet İnönü de İskenderun, donde enseña a las mujeres damnificadas a hacer ‘Cuadros tridimensionales de fieltro’. En poco tiempo, el curso se convirtió en un centro de atención, donde Fakı da clases a 12 mujeres afectadas por el terremoto. Con 12 años de experiencia en la enseñanza de artesanías, Fakı conecta a estas mujeres con el arte, ayudándolas a sentirse mejor y socializar. Los fieltros en las manos de las mujeres damnificadas se transforman en verdaderas obras de arte. La obra de fieltro dañada que quedó de su lugar de trabajo arrasado se convierte en un ejemplo para las alumnas del curso.
Fakı expresó que no reparó el cuadro de fieltro dañado en el terremoto: “El único producto que pude salvar de mi taller, que sufrió daños severos en el terremoto del 6 de febrero, fue mi cuadro de fieltro. No lo reparé porque, aunque sea un triste recuerdo de ese día, era el único producto que me quedó de mi taller. Por eso, estoy exhibiendo mi cuadro de fieltro sin repararlo en mi nuevo lugar de trabajo. En nuestro curso de accesorios decorativos para el hogar, aquí hacemos cuadros de fieltro. El fieltro tiene un lugar importante en la cultura nómada, especialmente en el alojamiento y la vivienda; anteriormente se fabricaba cociéndolo en hammams, pero hoy en día se hace en fábricas con máquinas. Nosotros hacemos todo el fieltro a mano en forma de cuadros tridimensionales. Hice un cuadro de un cuidador de tortugas. Trabajé en el cuidador de tortugas en forma tridimensional, todo es hecho a mano. También trabajé en una figura de una chica tocando el saz, que también estaba en mi taller dañado en el terremoto, y fue el único producto que pude salvar. Soy la primera y única persona que hace cuadros de fieltro en İskenderun; aquí se está haciendo el tercero: yo hice uno, una de mis alumnas hizo otro, y yo hice uno como regalo para nuestro exdirector de educación de adultos. Por supuesto, es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y paciencia, todo es hecho a mano. Piensen en ello como un sastre que viste a sus prendas, lo rellenamos con fibra y luego en la fase de enmarcado lo convertimos en una maravillosa obra de arte heredable. Tengo 12 alumnas que vienen activamente, todas disfrutan hacer este trabajo y, como resultado, también contribuyen económicamente a sus hogares. Podemos recibir pedidos especiales y trabajar para terceros, podemos hacer cuadros personalizados, y mis alumnas disfrutan participar en mis cursos.”