Ahmet Sanrı, que vive con un dispositivo de corazón artificial
La historia de Ahmet Sanrı, que sobrevive con un dispositivo de corazón artificial. Información sobre la vida de Ahmet, su lucha por la salud y la importancia del dispositivo de corazón artificial.

Ahmet Sanrı, de 60 años, residente en Edirne, ha estado llevando una vida con un dispositivo de corazón artificial que lleva en su bolso desde hace 4 años, después de que su corazón no pudiera cumplir sus funciones tras sufrir un ataque al corazón.
La historia de Ahmet Sanrı
Ahmet Sanrı, un agricultor de la aldea de Karaağaç en Edirne, sufrió un ataque al corazón en 2016. Debido a la incapacidad de su corazón para cumplir sus funciones debido a su enfermedad, Sanrı comenzó a experimentar momentos difíciles de vez en cuando. En el año 2020, se le conectó un dispositivo de corazón artificial. Sanrı ha estado manteniendo su vida con el dispositivo de corazón artificial que lleva en su bolso desde hace 4 años, con los cables que se extienden desde su bolso colgado en su hombro hasta su corazón.
Vida diaria
Cambiando las baterías del dispositivo de corazón artificial una vez al día cada 22 horas, Sanrı compartió sus experiencias antes y después de conectarse al dispositivo. Sanrı mencionó que antes de llevar el dispositivo de corazón artificial, llegó a pesar hasta 150 kilogramos y sus pies se hinchaban, lo que le impedía caminar.
Dispositivo de corazón artificial
Sanrı explicó que el dispositivo de corazón artificial conectado a su cuerpo filtra y bombea 4.5 kilogramos de sangre por minuto, y gracias a este dispositivo ha podido continuar con su vida durante los últimos 4 años, retomando gradualmente su vida normal después de la instalación del dispositivo.
Pieza de la vida
Sanrı mencionó que el dispositivo siempre está conectado a su cuerpo, ya sea de día o de noche, al levantarse, acostarse o mientras se ducha. Expresó que el dispositivo permanecerá en su cuerpo hasta su fallecimiento. Sanrı, que lleva su corazón en su bolso, compartió las siguientes palabras:
“Mi cuerpo se había hinchado hasta 150 kilogramos. Mis pies se hincharon y no podía caminar, me operaron. Después de la operación, estoy muy bien y puedo hacer mis cosas. Llevo mi corazón en mi bolso como un corazón artificial. Permanece conectado constantemente. Nuestra vida depende de la batería. Si se corta la electricidad y se agotan las baterías, nosotros también nos agotamos. Mis pies estaban hinchados, los mantenía en agua. No podía respirar, sentía como si tuviera una bolsa en la cabeza. Después de conectar el dispositivo, puedo caminar, hacer mis tareas rutinarias. Todo está bien y cómodo. Continúo con mi vida normal. Este dispositivo estará conmigo hasta el día de mi muerte. De día y de noche, al levantarme, al acostarme, al ducharme, siempre está conmigo. Gracias a esto, estoy vivo. Este aparato controla mi presión arterial, mi nivel de sangre, todo. Filtra y bombea 4.5 kilos de sangre por minuto en mi cuerpo, controla mi presión arterial, mi nivel de sangre y mi nivel de agua”.